Saturday, September 22, 2007

If You Wanna Be My lover...








Estamos en primavera, días de tibio sol, pajarillos cantando, olor a asado por la calle, las cuecas, la alegría, las alergias y las reuniones familiares…todo lo que aborrezco comienza en este mes lleno de actitudes para nada Basement… y no olvidar que también es el mes del amor y de los suicidios y asesinatos, pero hoy no me centrare en estos dos últimos hechos sino que en aquella palabrita que tanto le tememos. Reflexionaré sobre algo que a Los Chicos del Fin del Mundo les inquieta, a veces confunde y otras veces desprecian…hablare del amor… y no me refiero al amor al dinero ni a los colores Basement, ni a los productos Apple, ni tampoco a ese sentimiento extraño y perturbador que sentí cuando fui a ver los Transformers y me refiero a la primera escena, cuando aparece ese helicóptero Decepticon en la base militar… mi cabeza daba vueltas, mi estomago se retorcía por la emoción y los recuerdos teenegger ¿es eso amor?...
¿Cómo viví el amor? En mi adolescencia siempre con actitudes medias enfermas y psicopáticas. Recuerdo en mi infancia estar enamorado de Laura Branigan y Shena Easton, tenía algunos pousters de grueso cartón en mi habitación y cassettes con su música. Luego en mi época teenegger, siempre frágil y en estados alterado de conciencia estaba acechando, pero nunca lograba decir algo directamente… recuerdo que mandaba cartas de amor con poemas que yo mismo escribía y que tenían finales un tanto amenazantes o hacía llamadas telefónicas sin hablar o estaba por horas siguiendo a la chica que me seducía por las calles de Coquimbo. Recuerdo una oportunidad en que me atraía una hermosa colorina, no podía hablarle por que me atemorizaba, así que idee un plan. Primero averigüé su dirección y resulta que vivía a pocas cuadras de mi casa así que iba tarde en la noche y arrojaba bajo su puerta algunos anónimos, con juramentos de amor, poemas, amenazas tipo “si no me quieres me mato” y pétalos de flores entre las páginas. Luego supe su número telefónico y la llamaba y conversábamos, ella inquieta y entretenida, yo con un tarro para cambiar mi voz. Finalmente el encuentro. Claro que no podía ser en la plaza o una heladería o ir juntos a tomar bebi. La cite un domingo de julio a las 7 de la tarde en el puerto de Coquimbo, estaba a punto de llover, oscuro y solitario. Ella llego, yo la miraba a lo lejos con unos binoculares, se veía hermosa a la orilla del mar, con su cabellara roja y rostro adolescente, lista para ser lanzada a las aguas. Yo obviamente me dejé llevar por mis inseguridades (que luego se transformaron en estilo y ácidas aseveraciones) y no me acerque… Prendí mi personal estereo con las canciones más tristes de PearlJam y me fui caminando…Nunca más la llame ni me acerque a ella.
El amor es algo difícil y a veces despreciable. Una vez le dijo a Mayito entre chispop, Freddy Kruger y té de jazmín… “El amor para los intelectuales esta prohibido, pensamos demasiado.” Todas nuestras paranoias están allí y qué es el amor más que la exacerbación estilizada de nuestras inseguridades. Observen a quien han amado y les aseguro que la mayoría son sus propios miedos personificados y controlados por ustedes, como si viéramos en la amada o amado a nosotros mismos y tratáramos de proteger y corregir. Pero qué es el amor...creo que es como el miedo a la oscuridad… lo creemos superado, sentimiento infantil, pero aún sentimos ese mismo escalofrió al cruzar el pasillo oscuro o esas sombras largas al apagar la luz (yo las veo, no se ustedes).
Y los Chicos del Fin del Mundo…¿amamos?... no lo se…pero que mierda es el amor, aún no logro entenderlo si no es por medio de metáforas, adicciones o crímenes…a veces lo deseo común y corriente… yo recorriendo los campos con un canastillo y pajarillos cantando, a mi alrededor algunos conejillos, harto polen flotando y mucho sol… pero al poco rato… todo se transforma (y allí esta la palabrita…¿mi auto lo será?)… se nubla rápidamente y la lluvia cae, el viento, el barro y se mojan mis zapatos y estas seguro que los calcetines lo están también… odio el amor, así como odio los krishnas, los colores de FashionPark y las viejas tontas de mi escuelita que nada aprenden… ¿y que hacemos los papasnatas?... buscamos amor, lo presentamos, conversamos con él, lo necesitamos, lo llamamos a las 4 de la mañana y si no nos contesta hacemos 16 llamadas perdidas….Fuckyou cupido¡¡…quebraría tus alas y te metería las flechas por el culo…pero de seguro al rato me preocuparía de mi acción y te estaría haciendo respiración boca a boca… Los Arcade Fire tenían razón… adolescentes eternos…puro descontruccionismo del yo y desprecio hacia lo normal y estable…viajes y mas viajes delirantes…

Señorita Ophelia…ni mi eterna agonía ni su locura submarina pueden acabar con este amor.¿Esa droga no sirve? Solo sus bofetadas me animan a amarla para luego lanzarme al río con usted.