Y si el Mago de Oz fuera un Bluesman?...

Muy bien, lo admito –siempre he estado conciente de ello- estoy muy lejos de ser un modelo de sofisticación y vanguardia, pero al menos mi amor propio me ha protegido de exponerme innecesariamente; pero no por ello deja de resultarme impactante cómo otros voluntariamente se someten al escrutinio público, sin considerar ni por un momento las consecuencias de ello.

Si se preguntan la causa de la perorata anterior, la respuesta es muy sencilla: he visto un programa de la televisión abierta, en donde exponían las vidas de dos modelos, uno chileno y el otro argentino ¿Cuál es el gusto de los productores de televisión de insistir en mostrar la imagen de un chileno que te le habla así y se le pega la CH? Por favor! un poquito de consideración con el resto de sus compatriotas a quienes no sólo no nos representa, sino que nos provoca ese sentimiento tan criollo como la vergüenza ajena.

Ya se imaginaran por que hago público este malestar.

Mil veces he pensado ¿Dónde estuvo el guía espiritual de este cristiano, que no lo alejo a tiempo de los timbales de Yolito y su Combo para acercarlo al glorioso saxo tenor de Charlie Parker?, ¿Por qué no disfrutar de una cita con Lucy en vez de perderse entre líricas tan irritantes como azótala que va sin jockey?, ¿Cuántas personas creerán que el Bebop es un nuevo producto de dos en uno?, ¿Será que la falta de tiamina anula el gen del swing?...

En fin, los profesores de música podrían dejar en paz al pobre marino de la aldea costera y darle un poco más de trabajo a Bessie Smith, o quizás, junto con seducir y deslumbrar a sus alumn@s con el canto de la Violeta, podrían también imbuir el buen gusto con algo del extenso repertorio que Billie Holiday nos lego. Si hay algo que criticarle a la educación chilena, yo le criticaría eso ¿Dónde esta el glamour, el estilo y los trastornos alimenticios? (y con esto, claramente no me refiero a la obesidad mórbida). Se dan cuenta que incluso en esas cosas se nota la sofisticación snob a la que apelo.

Por cierto, de más esta decir que no estoy hablando de recursos, únicamente de actitud, de la ya mencionada actitud TheDesignGroup, esa del tipo “no como hace tres días ¿y que?”

Ciertamente, no sugiero doctores en estética o expertos en literatura rusa medieval, ni nada que se le parezca, sólo reclamo un poco pudor y respeto por el prójimo, no creo que sea demasiado pedir. Aunque que con eso mi autoimpuesto reconocimiento del discurso de Giannini se va al quinto infierno y estoy cada vez más lejos de las siete virtudes del hakama, pero ¡que demonios! Nadie dijo que el camino a la autorrealización estaría exento de contratiempos y contradicciones ¿Cómo volverme la persona tolerante a la que aspiro ser, sin anular lo intrínsecamente mordaz de mi ADN? Por favor, si alguien conoce la respuesta ¿podría hacérmela llegar?

Esto me ha dado una idea. ¿Han oído decir que el blues no es más que un hombre dolido pensando en la mujer con la que estuvo alguna vez?... Y si así fuera, ¿será posible cambiar el camino amarillo por la armónica de Sonny Boy Wiliamson?

Reciban esto como una gran excepción, pronto retomare la senda original de la indulgencia de la desinformación. Y como muestra, un botón:

V

Esté donde esté
–sentado o de pie–
si me descuido:
lloro.


Ni Yo - Claudio Bertoni
Editorial Cuarto Propio

Mil besos... Saudade (entiéndase como firmado)